Una buena partida en campos increíblemente verdes es relajante por naturaleza.
Mirar alrededor y no ver ninguna construcción humana en el horizonte: sólo paz y naturaleza. Un golpe más y el Atlántico observándonos. La morfología de los greens invita a andar a pie, con la compañía de una explosión de flores. El clima saluda al jugador y permite disfrutar de los tres campos que hay en el archipiélago en cualquier época del año. Basta tener ganas de jugar y la pasión de acoger a la naturaleza como compañera.
Los trayectos se adaptan a principiantes y profesionales. En el rústico, se muestra el swing a la población local entre prados y terrenos agrícolas. Un golf con reglas parecidas, pero con la etiqueta de la pura diversión y del aspecto social del deporte.
Información Útil
Puede traer su propio equipo. Por otro lado, sabemos que los campos de golf cuentan con equipos disponibles para alquiler.
Los tres campos están localizados en lugares privilegiados, en relación con los aeropuertos y con las ciudades más próximas, siempre con buenos accesos. Entre 15 y 50 minutos después del aterrizaje, puede empezar a jugar solo o en compañía de amigos.
El golf en las Azores se puede practicar durante todo el año, gracias a las características meteorológicas del lugar. La temperatura es tradicionalmente amena e incluso durante el invierno los días suelen tener momentos despejados que hacen posible realizar los trayectos entre exuberantes tonos de verdes.
Los campos están abiertos a practicantes de todos los niveles, con áreas específicas, atendiendo al nivel de cada uno. En el caso de que quiera empezar o aprender un poco más, existen academias. También hay programas disponibles para la práctica en grupo:* power play golf*, bautismo de golf, putting contest y* horse*.
Se trata de una vertiente del golf que se está desarrollando en las Azores, y se practica fuera de los campos clásicos. Imagínese dando golpes en mitad de un prado teniendo a las vacas como espectadoras y tendrá una idea de la singularidad de esta nueva modalidad. Las reglas con las mismas pero la etiqueta cambia un poco. Los juegos están abiertos a la comunidad, residente y visitante, en una experiencia que garantiza el contacto con la naturaleza pura y la convivencia animada con los habitantes locales.