Disfrutar de total relajación es revitalizante por naturaleza.
Las Azores cuentan con recursos hidrotermales reconocidos y explotados desde hace siglos, en concreto muchas fuentes de aguas carbonatadas naturales, cascadas y piscinas de agua ferruginosa, referidos desde el siglo XVI. Se destacan las Termas de Ferraria y las piscinas de agua ferruginosa de Furnas, en San Miguel, y las Termas do Carapacho en Graciosa.